La Tradición.
El pan de muerto tiene su origen en las culturas prehispánicas, quiénes solían poner ofrendas a sus dioses para honrarlos o mostrarles su respeto. Las ofrendas consistían en panes planos, sin levadura, hechos a base de maíz seco tostado y amaranto, un ejemplo es el papalotlaxcalli, el cual podemos describir, mas que como un pan, como una tortilla en forma de mariposa.
Su origen también se asocia a la costumbre azteca de ofrecer doncellas en sacrificio a los dioses y colocar su corazón en un recipiente con amaranto, para después ser comido por la persona que presidia el rito, o en su defecto, mezclar la sangre del sacrificio con amaranto molido para elaborar un pan que se ofrecía a los dioses. Se dice que los españoles rechazaron estos sacrificios y elaboraron un pan de trigo (recordemos que el trigo llegó junto con ellos), en forma de corazón cubierto de azúcar pintada de rojo, para simular la sangre de la doncella. Con el paso del tiempo, el pan de muerto sufrió cambios y adaptaciones hasta llegar a ser como lo conocemos ahora, dando lugar a muchas variedades (se rumora que alrededor de 800), que encontramos en cada rincón del país, variedad de formas, pudiendo ser antropomorfos (figura humana), mitomorfos (personajes mitológicos), fitomorfos (flores y hojas) y zoomorfos (animales); variedad de colores: con azúcar blanca, rosa, ajonjolí o decorados con alfeñique; variedad de sabores: naranja, azahar, canela, vainilla, anís… e incluso nombres.
Su forma circular simboliza el ciclo de la vida y la muerte. La bolita central, representa el cráneo y las cuatro canillas los huesos y lágrimas derramadas por los que ya no están. Las canillas colocadas en forma de cruz, pueden simbolizar los cuatro puntos cardinales consagrados a los distintos dioses; Quetzalcóatl, Tláloc, Xipe Tótec y Tezcatlipoca.
Cabe destacar que no somos los únicos que preparamos dulces para venerar a nuestro muertos, como ejemplo tenemos los Huesos de Santo, elaborados con mazapán de almendras, típicos de Castilla y León y Madrid, y las Guaguas de pan de Ecuador, donde acostumbran comerlas acompañadas de colada morada (bebida que se prepara con harina de maíz morado, frutos rojos, cítricos y endulzada con piloncillo), platillos que acostumbran comerse el día de todos los santos.


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