Se que en ocasiones es complicado tener en perfecto orden y estado los alimentos del refri y alacena, y que algunas veces se nos estropean ingredientes por el simple hecho de habernos olvidado de su existencia, sin embargo hay cosas que podemos rescatar y reutilizar como el pan viejo y duro.
Revisa si en tu alacena tienes alguna tapa olvidada de pan para sándwich o algún bolillo duro; yo usé algunas piezas y rebanadas de pan viejo y también ocupé orillas de pan que guardé de cuando hice niño envuelto para el cumpleaños de mi sobrino. ¡Manos a la obra!
Ingredientes:
- Pan duro o de días anteriores.
Procedimiento:
- Precalienta el horno a 120°C.
- Corta el pan en trozos y acomódalos en una bandeja para hornear.
- Hornea a 120°C por 60 minutos o hasta que todos los trozos de pan estén crocantes. Ocasionalmente saca la charola del horno y mueve los trozos de pan para que se doren parejo y no se quemen (toma en cuenta que el tiempo de horneado, dependerá de la cantidad de pan que tengas y también de tu horno).
- Una vez que el pan esté bien tostado, déjalo enfriar por completo.
- Ya que el pan se haya enfriado, ponlo en una licuadora o en un procesador de alimentos y déjalo tan molido como desees. Si lo haces en una licuadora, muélelo por partes para que no satures la licuadora y se muela mejor.
- Vacía tu pan molido es un frasco de vidrio o topper hermético y consérvalo en tu alacena hasta por seis meses. Puedes guardarlo en refrigeración o a temperatura ambiente.
Degustación:
Esta es una excelente manera de aprovechar los restos de pan salado que tengas en tu panera o que quede de las fiestas decembrinas. Puedes saborizarlo con hierbas aromáticas como orégano, romero, tomillo o mejorana: solo agrega una cucharadita de tu hierba de olor favorita antes de licuar el pan. No dudes utilizarlo en tus recetas favoritas!