¿Te ha pasado que quieres preparar una jarra de limonada y te das cuenta que solo te quedan un par de limones? a mi sí jaja, y la solución que encontré fue licuarlos, si, como si se tratara de un agua de melón o alguna otra fruta. Debo decir que el sabor es diferente, queda con un amargor muy muy ligero pero al combinarla con el pepino y jengibre se equilibra obteniendo una bebida nutritiva y muy refrescante, ideal para el calor primaveral. ¡Manos a la obra!
Porciones: 2.5 litros
Ingredientes:
- 2 limones
- 1 pepino
- 1 trozo de jengibre fresco (2 cms.)
- 2 litros de agua
- Azúcar o endulzante al gusto
Procedimiento:
- Lava y desinfecta el pepino, limónes y jengibre.
- Con ayuda de una cuchara, raspa la cascara del jengibre para retirarla (si gustas puedes dejarla), pártelo en rodajas junto con el pepino y ponlos en la licuadora con medio litro de agua y licúa bien. Ya que lo licuaste, vacía a una jarra y reserva.
- Parte los limones a la mitad y luego en cuartos, retírales las semillas y licúalos con medio litro de agua en la máxima potencia durante 12 segundos y apaga.
- Coloca una coladera sobre la jarra donde esta el pepino y jengibre que moliste previamente e incorpora el licuado de limones.
- Añade el resto de agua, endulza al gusto y refrigera. Sírvela fría.
Degustación:
Esta agua es perfecta para darnos un respiro de los excesos de comida del fin de semana ya que tanto el pepino como el jengibre poseen nutrientes que ayudan a desintoxicar e hidratar el cuerpo. A mi me gusta endulzarla con hojas de estevia molidas, sin embargo puedes hacerlo de la manera tradicional con azúcar o incluso sin endulzar. Prepara suficiente y guárdala en el refri por un par de días aunque, con el calor que está haciendo y con lo deliciosa y refrescante que es, dudo que dure más de un día.