El otro día que salí al mercado a comprar las provisiones de la semana, me encontré con un señor que iba vendiendo bolsitas con calabacitas que él cosechó, no lo pensé dos veces y le compré un par de bolsas. Las calabacitas estaban muy frescas: eran firmes al tacto, su piel era lisa y de un color verde brillante. Ese día iba a preparar sándwiches de pescado frito con papas gajo, así que las calabacitas me cayeron como anillo al dedo para cambiar las papas por calabacitas gajo. ¡Manos a la obra!
Porciones: 2
Ingredientes:
- 4 calabacitas italianas (650 grs.)
- 3 cdas. de queso parmesano rallado
- 2 cdas. de pan molido
- 1/4 cdta. de sal
- 1 cdta. de hierbas de olor (yo usé un mix de hierbas italianas, pero puedes hacer tu propia mezcla con lo que tengas en casa, el orégano combina excelente con el parmesano por ejemplo)
- 1 cda. de aceite de olivo
Procedimiento:
- Lava y desinfecta las calabacitas, una vez que lo hiciste, córtalas por la mitad a lo ancho y después córtalas a lo largo. Ahora corta cada cuarto en 4 o 6 gajos dependiendo que tan grandes sean tus calabacitas y ponlas en un tazón o recipiente amplio.
- En un tazón pequeño, mezcla el parmesano, el pan molido, la sal y las hierbas de olor.
- Añade la mezcla anterior junto con la cucharada de aceite al recipiente donde tienes las calabacitas y mezcla todo muy bien con ayuda de tus manos.
- Cubre una charola para hornear con papel encerado (es importante que pongas papel encerado, ya que las calabacitas, al tener gran contenido de agua, podrían pegarse), acomoda de manera uniforme los gajos de calabacitas y hornea 15 minutos a 180°. Transcurridos los 15 minutos, saca la charola del horno para mover un poco los gajos y girar la charola para que se cocinen parejo. Hornea 10 minutos más ahora a máxima potencia. Sírvelas calientes.
Degustación:
Estas calabacitas gajo son una excelente opción para variar un poco las guarniciones con papa y aprovechar la temporada de calabacitas así como todos sus nutrientes, ¡de una manera distinta y deliciosa! Puedes comerlas como guarnición, snack o botana, quedan con una ligera capa crocante por fuera y jugosas y llenas de sabor por dentro. Créeme cuando te digo que se pelearán por el último gajo.
Cuando encuentres a personas con sus huacales o bolsitas de frutas y verduras de temporada vendiéndolas en la calle, cómprales, no sabes lo felices que se sienten de poder vender lo que sus manos han sembrado y cosechado, además, llevas a tu mesa un producto muy fresco, muchas veces recolectado ese mismo día y a un precio más bajo al no pasar por intermediarios: un producto del campo a tu mesa.